Por Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver.- Cada Semana Santa (período de ocho días que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección) el municipio de Cuitláhuac, zona Centro de Veracruz, se viste de colores con la tradición de los Judas, la cual este año cumple 135 años.
Niños, jóvenes y adultos con sus vestimentas que ellos mismos elaboran, con chicotes, sus expresiones y su imponente presencia aparecen el Domingo de Ramos recorriendo la ciudad para azotar a los ciudadanos y les piden una moneda.
Son entre 600 personas que se visten de judas, diablos y reyes los cuales representan el fin de la Cuaresma y la alegría del pueblo por la resurrección de Jesús.
Esta bonita tradición fue implantada durante la colonización por España, naciendo como representación de los herejes que se quemaban como consecuencia de las terribles sentencias del “santo” Tribunal de la Inquisición.
La Comparsa de los Judas acompaña la ceremonia de la pasión de Cristo en Cuitláhuac. Los ancianos del pueblo recuerdan haberlos visto desde su infancia y dicen que sus padres siempre los recordaban. Por ello se asegura que la tradición lleva más de cien años.Por orden de jerarquía la comparsa se compone de los siguientes personajes: Diablos o Judas; un diablo gris o Iscariote (puede ser uno o dos). Un diablo rojo. Dos diablos negros; dos diablos amarillos o errantes. Reyes: Herodes, Pilatos, Caifás; dos reyes de varas. Y, Judíos. Un número variable de judíos.
A los diablos se les identifica por su traje con cola, máscara negra con bigotes de ixtle; sombrero con cuernos; látigo o chirrión; largo trozo o mecate grueso con empuñadura de madera o metal.
Mientras que reyes, su atuendo es una túnica hasta las rodillas y capa hasta el suelo. El atuendo es de satín, adornado con lentejuelas de colores vivos y con el nombre del personaje inscrito en la capa. Corona, máscara blanca, medias y sandalias. Con chicote o chicotillo. Un tamborcillo que lleva cualquier rey, de preferencia Herodes.
Judíos usan Pantalón hasta las rodillas de colores rojo o anaranjado; camisa de manga corta amarilla o azul, de tuzor. El pantalón es adornado con cascabeles en los extremos. Llevan máscara blanca y un sombrero cubierto con flores de papel de vivos colores. Instrumentos: Jarocha, bordón de madera de unos dos metros de alto, forrado de color plateado y rematado con tiras de papel de colores en la punta.
La máscara de todos los personajes es de tela ligera. La de los judíos es blanca, tiene fisuras en la altura de los ojos y la boca, tomadas a la medida de cada uno de los actores y delineadas con bordados en rojo. Se hace énfasis en la mejillas con un círculo también en rojo. La nariz sobresale, alargada y roja y algunos judíos le dan un toque bufonesco colocando un cascabel en la punta. En general, el atuendo de los judíos es alegre; su sombrero, cubierto con flores de papel y su garrocha, rematada con tiras multicolores, dan al conjunto un aspecto vistoso y festivo.
El coordinador Rigoberto Malagon Trejo, dice que esta tradición recibe a por lo menos 10 mil familias de todo el país y del extranjero.
“El pueblo se llena de colorido, es la tradición más importante del municipio y de la zona centro, este año espera el arribo de miles de personas. La tradición no se pierde, al contrario, se fortalece”, agrega.
Malagón Trejo, cumple 31 años de participar en este grupo, como Iscariote. Su padre participó 22 años como Iscariote, sí el que traicionó a Jesús.